Santo Domingo. Al conmemorarse este 27 de septiembre como el Día Nacional de la Biblia, el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue) sostiene que la lectura y el estudio de la Sagradas Escrituras ayuda al ser humano a descubrir nuevos caminos de transformación integral en una sociedad carente de principios y valores como la dominicana.
El presidente de la entidad, Feliciano Lacen Custodio, sostuvo que es menester tomar muy en cuenta los principios de la Biblia aplicándolos a las escuelas públicas, colegios y al hogar, espacios donde se forman los ciudadanos que componen una nación.
Considera que esto permitiría combatir la situación actual, pues vivimos en una sociedad caracterizada por la delincuencia, la falta de sensibilidad, y en la que la criminalidad se multiplica destruyendo las bases de sustentación de la comunidad.
Lacen opina que en una nación de tan fuertes raíces cristianas como la dominicana, donde el lema independentista constitucional es: “Dios, patria y libertad”, la Biblia debe tener un espacio de supremacía con el objetivo de formar ciudadanos que respeten la vida, la autoridad y las leyes, promover la pureza sexual, el trabajo diligente y honrado y el amor en la familia, entre otras normas de conducta dirigidas a proteger esa institución primaria y divina.
“Se debe promover de manera intencional los textos sagrados en diferentes iniciativas y estudios bíblicos en las comunidades con métodos participativos sencillos y contextualizados, que la gente se reúna en pequeños círculos de oración y de meditación para leer la Biblia e iluminar la vida de la familia que atraviesa por muchas tensiones y desafíos”, sostiene el presidente de Codue.
El Codue llama a su membresía, a todo el liderazgo cristiano de diferentes confesiones de fe, a promover una espiritualidad integral con base en la Biblia, como un ingrediente importante para el desarrollo, la trasformación social y la libertad de conciencia. Además, propone trabajar desde las diferentes comunidades y el Estado para fortalecer los principios éticos y morales, así como fomentar el cumplimiento de los mandamientos, cuyo cumplimiento mejora las relaciones y protege a la familia y la nación.