El candidato perdedor, acostumbrado a ganar
El primer perdedor fue el presidente del partido gobernante (PLD) quien, a pesar de permanecer en campaña, por más de 7 años y con todos los medios a su alcance, fue vencido por un joven empresario con alrededor de 2 meses de campaña…
El candidato perdedor, acostumbrado a ganar, no solo perdió la nominación presidencial, sino que su arrogancia, rencor y odio lo han hecho cometer inconductas, recursos jurídicos fallidos y dejarse aconsejar por sectores negativos de la política nacional, muy conocidos, y hasta por la oposición política de su propio partido. Es increíble como un abogado, tres veces favorecido con la presidencia de la república, con inteligencia y entrenamiento en los asuntos del estado, haya caído a un abismo tan profundo donde su imagen como estadista y político ha quedado en entredicho, lo que lo llena de desprestigio y pierde la posibilidad de lidiar en futuras contiendas…nunca hubiera pensado verlo caer en esas condiciones.
El segundo perdedor es el candidato presidencial del partido opositor (PRM). Analicemos:
Este partido participó en las primarias del 6 de octubre del 2019 con padrón cerrado, donde se reservaron la mayoría de las candidaturas y con el miedo de que en padrón abierto alguien se le colara, pero que sucedió, a pesar de inscribir cerca de un millón trescientos mil votantes, solo votaron por ese partido cerca de trescientos mil dominicanos, es decir, que de sus propios inscritos un millón no creyó en sus propuestas. La lectura que se desprende de estas primarias es que, trasladando ese escenario a mayo del 2020, los líderes de ese partido tienen que estar muy preocupados…
La gran ganadora
Nunca en la historia política dominicana ha existido un organismo electoral con tanta confianza y credibilidad como la actual Junta Central Electoral (JCE), reconocida hasta por la iglesia católica.
Y no es para menos, las personalidades que forman su pleno son entes de reconocida participación en la vida pública nacional durante largos años. Entendemos porque se les quiere hacer daño, desprestigiarlos, pues serán los árbitros de febrero y mayo del 2020 y los que se saben perdedores en esos certámenes electorales necesitan una brecha para justificar su casi segura derrota.
Más adelante nos adentraremos en otras lecturas que se desprendieron de estas primarias.
Hasta cada rato,
AHR.-