Por Rosa Henríquez
Yo declaré el 2020 como “El año de las Excursiones”. Me propuse conocer más de mi país (República Dominicana) y poco a poco disfrutar más de sus maravillas.
En el mes de enero viajé al balneario La Plaza en barahona, un lugar bellísimo. Pues en el mes de febrero, mi segunda expedición del año y nueva vez junto a los Aquaventureros fue Mata de Maíz, también en barahona.
Mi guía turístico fue Carlos Torres un joven súper preparado, divertido y muy atento. A los más de 30 viajeros (sin temor a equivocarme) nos hizo la excursión divertida y nos transmitió conocimientos sobre el balneario, la comunidad y su gente.
Nuestra excursión inició a las 5:30 am cuando nos encontramos en un punto del distrito nacional. Allí los Aquaventureros empezamos a conocernos y a transmitirnos buenas vibras.
Casi a las 10 de la mañana llegamos al Polo Magnético, nuestro primer punto turístico y fue genial, nos tomamos muchas fotos de grupo e individuales, las hizo el fotógrafo Emmanuel Valdéz. Nuestra segunda parada fue en el “Túnel de Árboles” una de mis partes favoritas ya que me encantan. Luego de unos 20 minutos, seguimos hacia Mata de Maíz y junto al staff de Aquaman y “caminando” llegamos a nuestro destino. Yo quedé perpleja al llegar y ver la hermosa cascada de agua azul.
Permanecimos más de una hora en Mata de Maíz, allí nos tomamos fotos, compartimos anécdotas, escalamos, nos lanzamos desde puntos muy altos del balneario, nos reímos a carcajadas, comimos, nos dio muchísimo frío fruto de la temperatura del agua y la lluvia.
Para culminar, disfrutamos en la comunidad de Polo de un rico almuerzo típico dominicano y tomamos café artesanal producido ahí mismo.
Solo me resta decirles que Viajar con los Aquaventureros cada vez me gusta más. ¿Por qué? Debido a que la organización, puntualidad y responsabilidad para mi son esenciales y ellos la cumplen a cabalidad. En sus viajes uno disfruta de manera muy sana.
Carlos Torres gracias por ayudarme a vencer mi miedo a las alturas. Pude lanzarme al agua no sólo una sino dos veces de puntos retadores, y aunque me temblaron las rodillas, me lancé, grité como loca de la alegría y disfruté.